Como seres humanos, estamos constantemente obligados a socializar, es decir, nos vemos a menudo frente a la opinión de los demás. En ocasiones, estas opiniones no concuerdan con las nuestras o nuestras expectativas, por ejemplo: cuando te esforzaste para sorprender a tu jefe con una idea que para ti es innovadora, pero te responde que: “no le gusta”, tienes entonces varias opciones, recibirlo o no desde tu ego, ponerte o no en el papel de víctima, creer o no en ello.

Foto por: www.miciudad.mx
Vamos a pensarlo por un momento, imagina que vas por la calle y alguien dice algo sobre ti, tienes que entender que esa persona, primero no te conoce o quizá te conozca muy poco y al desconocer aquello de lo que habla, solo está dando su propia perspectiva, que únicamente muestra su forma de verte, pero no la realidad. Segundo debemos reflexionar sobre la relación que establecemos con nuestra propia identidad, ya que si bien estamos interesados en nuestro proceso de crecimiento, no podemos creernos responsables de todo lo que tiene que ver con nosotros, sobre todo cuando es algo tan ajeno como la opinión, pues todo esto está filtrado por las ideas y experiencias de alguien más.

Foto por: www.flickr.com
Así que no te tomes las cosas personalmente, aun si es una situación difícil de aceptar o un ataque directo de alguien, recuerda que esto es solamente una muestra del interior de esa persona, no del tuyo. Tomalo mejor como una señal para prestar más atención acerca de determinado tema o como una oportunidad para continuar avanzando en tu camino. Vamos, sigue adelante y recuerda que la experiencia es individual.
Excelente artículo.
La opinión ajena es sólo eso, una opinión, y no una realidad que nos pueda afectar.
Así es!